Volvamos en el tiempo a un 1° de enero de 2018, justo cuando empiezan a sonar las campanadas que dan inicio a un nuevo año. Mientras seguíamos la tradición de comernos una uva por cada campanada, jamás imaginamos que este 2018 vendría un nuevo integrante a nuestra familia.

Habíamos platicado al respecto sobre iniciar una familia, en nuestro «ideal» esperaríamos aún dos años. Pero, la vida tenía otro plan para nosotros. En enero nos enteramos que seríamos padres en 2018. Siempre he sido un poco nervioso, y después de la emoción que sentí al momento que Chris me dijo «Vas a tener un player 2», me quedé pensando en lo que tenía que hacer a partir de YA.

Al día siguiente, hablé al seguro para que me guiaran y me dijeron, aún es muy temprano para poder indicarles cómo proceder. En mi mente dije, bueno…tienen razón, es muy pronto. PERO, me puse el freno de mano y me percaté que aún existe una posibilidad de que no se llegue a completar todo el proceso. La verdad me preocupaba esto, pero conforme ha pasado el tiempo veo que esta posibilidad disminuye y que pronto (en septiembre) seremos padres.

Tal vez me hubiera gustado reaccionar más estilo película, pero me sentía nervioso, pues todos de una manera u otra implican que es complicado ser papás. Los nervios fueron disminuyendo conforme fueron pasando los días, al momento en que les comentamos a nuestros padres la noticia fue algo increíble y en lo personal me sentí más tranquilo de saber que nuestra familia está aquí con nosotros para apoyarnos.

Han pasado ya cuatro meses y cada día me emociono más, y últimamente recuerdo más todo lo que viví con mis papás, tratando de entenderlos y aprender de lo que hicieron y hacen por mi. No, no creo que nunca esté listo para ser padre, pero en mi ser está un sentimiento de darle lo más que yo pueda, desde momentos felices, hasta apoyo en los momentos más difíciles. Si me siento ahora más tranquilo, también es en gran parte a Chris, quien ha compartido conmigo cada momento del embarazo y me ha hecho sentir partícipe de esto que está viviendo ella; desde los buenos momentos hasta las pocas nauseas que ha sentido.

¿Les digo algo? Cuando vimos el primer ultrasonido y escuchamos su corazón, me hizo sentir una felicidad que no he sabido describir. Posteriormente en otro ultrasonido vimos sus puños abrirse y mostrar sus manos; la doctora dijo: «tiene manotas» y me sentí muy orgulloso de esto. Mis manos y las de Chris son grandes, entonces por lo visto es de familia.

¿No te preocupa regarla?

Hace poco me preguntaron esto, y quien diga que NO, está mintiendo. Obvio me aterra lo que viene, pero también me entusiasma. Habrá un momento donde tal vez no nos entendamos y si continúo con este blog, ya les diré cómo me va. Pero, también se que tengo una gran esposa, y si nuestro hijo saca rasgos de ella y uno que otro de mi, entonces sabré que todo estará bien.

Honestamente siento que divago un poco o mucho en este post, pero las ideas en este momento son difíciles de acomodar. Tantos sentimientos, tantas preguntas, tantas emociones; me hacen difícil el escribir como me gustaría al respecto.

¿Las cosas van a cambiar?

Sí, las cosas van a cambiar y a pesar de que los cambios me cuestan algo de trabajo, en mi ser existe la ilusión de ver lo que nos depara esta nueva etapa. Pero, es un cambio que recibo con los brazos abiertos y que me hace querer ser una mejor persona.

Explicación de la foto

Siempre nos ha gustado tomarnos fotos, pero últimamente (no recuerdo bien desde cuando), hemos tratado de tomarnos fotos que cuenten una historia y que no se vea tan estático todo. Con esto que les platico, decidimos tomarnos fotos para anunciar que nuestra familia estaba creciendo. De este set de fotos hay unas muy simples, otras muy divertidas y esta en lo personal me gusta porque refleja un poco más de quiénes somos. Cuando compartimos esta foto, la reacción de la gente fue increíble y se agradece de todo corazón.

 ¿Se imaginan el día que ya no traiga cabello largo y nuestro hijo diga: «Papá traía el cabello largo»? Habrá que esperar.