Tuve la oportunidad de viajar a Londres con mi mamá en 1995 o 1996, de ahí empezó a crecer mi amor por El Reino Unido; Londres me pareció una ciudad como ningún otra. En nuestro hotel te dejaban té y galletas para que a las 4:00pm pudieras tomar té, una de las tradiciones más importante para los Ingleses. El haber estado en lugares como el Big Ben, la Torre de Londres, el Palacio de Buckingham y más, me hizo apreciar mucho la cultura inglesas.

En el año 2012 viajé por primera vez a Escocia, no sabía que esperar de este lugar. Obvio, sólo conocía referencias por «Corazón Valiente» y uno que otro libro. Pero, realmente no pensé que me transformaría. Sí, ya había estado en Londres, en la Capital del Reino Unido, pero aún así no sabía lo que me esperaba.

Desde que llegamos al aeropuerto de Edinburgo, y tomamos el camión hasta donde nos hospedaríamos, me empecé a sorprender. Las casas, los edificios y las calles que íbamos pasando empezaban a contarme una historia completamente distinta a lo que yo conocía. El primer día recorrimos el centro de Edimburgo, cenamos en lo que llegó a ser un banco y pasamos a un pub. Al otro día encontré una tienda que vendía recuerdos de Escocia y sin pensarlo dos veces, compré un kilt (o falda escocesa). El patrón de mi kilt y el de Chris es del Clan Wallace (no, no fue apropósito, fue el que me dijeron que luciría bien en mi), ¿tal vez algún día ayude a alguien a liberarse de algo? Pero…mientras no acaba como Wallace en la película, todo está bien.

Recorrimos el museo de Escocia en Edimburgo, el cual cuenta con artefactos históricos así como elementos de los cuales los escoceses se sienten orgullosos como el carro de F1 de Sir Jackie Stewart y hasta Dolly, la obeja clonada.

Dentro de la ciudad de Edimburgo pueden encontrar lugares mágicos e increíbles, hay un tour a la ciudad subterranea de Edimburgo, donde pueden ver cómo vivían en la época medieval, pero también pueden ir a The Elephant House donde J.K Rowling pasó innumerables horas escribiendo Harry Potter, todo porque ahí podía ordenar un café, disfrutar de la calefacción y estar en paz. De hecho, desde la ventana del café, ustedes pueden ver el cementerio de Edimburgo (donde pueden encontrar los nombres y/o apellidos de los personajes), un orfanato y el castillo de Edimburgo (¿encuentran estos lugares en la foto de aquí abajo?).

Otro lugar que me impresionó, fue el lago Ness, ¿cuándo me hubiera imaginado ir a uno de los lagos más famosos y místicos del mundo? Nunca, de hecho al regresar de Ness hacia Edimburgo, tomamos una de las carreteras panorámicas más famosas de Escocia sin que lo supiéramos…unos años más tarde, ahí grabarían unas escenas de Skyfall (por cierto, James Bond es uno de mis personajes favoritos); al ver la escena donde M y James llegan a Escocia, fue para mi un momento increíble.

 

¿Usamos el kilt todo el viaje?

Cuando fuimos al lago Ness, no pues hacía mucho frió, pero el resto de los días que estuvimos en Edimburgo sí. A muchos les dio gusto ver que lo hacíamos de manera respetuosa y que nos gustaba. En unas ocasiones nos detuvieron para tomarnos fotos. La verdad es que considero al kilt como una gran prenda, llena de historia y tradición.

¿Usas el kilt en México?

He tenido experiencias muy malas y otras muy buenas. Les platicaré de la mala, cuando se estrenó «Valiente» de Pixar se me hizo el momento ideal para ir con kilt al cine; en mi cabeza no cabía la idea de que al ir a Santa Fe, me sentiría tan incomodo…la gente volteaba de manera agresiva, un niño le dijo a su mamá que porqué usaba falda y su mamá le dijo que seguro era una novatada de un colegio…¡la señora se veía ante mis ojos como alguien educado! También, había un grupo de niños retándose a ver quién se atrevía a levantarme el kilt, obvio yo ya estaba molesto y les dije…¿ya decidieron quién lo va a intentar? Ya se, poco tolerante de mi parte…pero, pues después de haber vivido una gran experiencia en Esocia, nunca pensé que en México (iluso yo tal vez), reaccionarían así…la verdad me decepcioné mucho.

No fue hasta hace unos años que acudimos a año nuevo a uno de mis restaurantes favoritos llamados Sir Winston Churchill’s, que volví a usar kilt. Al hacer la reservación, preguntamos si habría algún problema en que llevara kilt, y para mi sorpresa fue una idea que gustó mucho. Al llegar al restaurante, la dueña y el capitán estaban recibiendo a las personas, la dueña (que por cierto es inglesa) se mostró muy contenta de ver a alguien con Kilt y Sporran (es la bolsa que va por el frente del kilt). Pasamos una gran velada, al dar la media noche llegaron las gaitas interpretando Sctoland the Brave; y al retirarnos, una que otra persona volteó a ver mi atuendo, pero no como lo que viví en Santa Fe.

 

Chris, sabe que para mi Escocia ocupa ahora un lugar muy importante, por lo que hace todo lo posible por ayudarme a vivir una experiencia escocesa o inglesa cuando se puede. Hace unos meses fuimos a una ceremonia de bendición del tartán en una iglesia Anglicana (por cierto, hubo un momento que por poco nos casamos bajo esta iglesia, será una historia para otra ocasión); a la misa llegó el Batallón de Gaitas de San Patricio, quienes interpretaron varias melodías con gaitas, tambores y otras percusiones. Me gusta compartir con Chris este tipo de experiencias y se que ella la disfrutó tanto como yo.

Curiosamente, ese día fuimos al súper por unas cosas que nos habían solicitado para una reunión, en el carro hubo un momento donde pensé en cambiarme, pero dije: No voy a dejar que me vuelta a afectar tanto como aquella vez, si dicen algo qué bueno, sino también. Me sentí tan seguro de mi mismo en ese momento que la gente volteaba a ver, pero con un tono más respetuoso.

Creo que con esto he cubierto al menos un poco mi gusto por Escocia, por cierto próximamente en el partido amistoso entre México y Escocia, habrá una reunión de escoceses en pubs de la Condesa y quienes interpretarán el himno de Escocia en el Estado Azteca será el Batallón de Gaitas de San Patricio.